No preguntes el por qué, sólo escúchame.
Tal como el lobo ama a su Luna,
así te amaré.
Deja que el alba abrigue tus mañanas, y de las noches yo
me encargaré,
Sé libre mujer! En mis brazos no te aprisionaré.
Rojo sangre, rojo fuego, sin parar te buscaré,
dónde el verde toca el cielo, tal cual un dia te imaginé .
Ya de noche, casi loco, asustado desperté,
creí verte, besarte, casi seguro que tu cuello acaricié.
Escúchame, mujer, cierra los ojos y escúchame:
El primer día que tus ojos en los míos yo noté,
fue ese mismo día, que por fin, me enamoré.
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