Siempre me lo pregunto cuando la idea de acudir a la ayuda de alguna princesa en peligro me atormenta.
¿Necesitas sentirte un héroe?
Siempre me pregunto eso cuando ya tengo a la princesa en mis brazos y me dirijo a reclamar mi premio.
¿Seguirás siendo el héroe mañana?
Cuando salga el sol, y el alba ilumine el rostro de mi doncella que yace descansando en el regazo, podré verla satisfecha, pero no es eterno.
¿Qué pasará con el héroe?
Desaparecerá, y buscaré otro castillo, otra doncella, otra historia y otro tesoro.
¿Por qué coleccionas hazañas?
Para llenar mi repisa de premios, limpiar mi armadura de orgullo y poder sentir que el vacío en el pecho se llena por unos instantes.
¿Qué pasa con las doncellas?
Sólo pasan.
¿Al menos recuerdas sus nombres?
No podría. Sería encariñarme con ellas.
¿Dónde quieres terminar?
Donde merezco estar: a los pies de Belcebú suplicando piedad, la misma que negué en vida.
¿Por qué?, ¿y el paraíso?
Creí vivirlo en vida, pero fue otro error.
¿Estás arrepentido?
No podría, lo hecho, hecho está.
¿Qué deseas?
No lo sé, sólo sentir amor, pero amor de verdad.
¿Lo has sentido antes?
Dos veces, y ambas las guardé en mi pecho.
¿Y aún así sientes el vacío?
Conflicto fue al comienzo, pero al no decidir por ninguna, el vacío ocupo su lugar.
¿Tan difícil es decidir?
Es complicado, necesito ser héroe, no me puedo establecer como Rey todavía, no me siento capaz.
¿No quisieras ser el héroe de una de ellas?
Siempre, siempre he querido.
¿Qué te detiene?
Miedo... miedo a dejar de sentirme uno.
¿No quieres ser tu propio héroe?
Eso no es posible, no puedo salvarme solo.
¿Lo has intentado?
Ahora que lo dices, no.
¿Y si tratas?
No creo que resulte.
¿Qué pierdes?
La oportunidad de salvar otra doncella.
No entiendes, ¿verdad?
No sé donde quieres llegar con esto, me confundes.
Eres incapaz de salvarte, por la misma razón nunca salvarás a nadie. Ninguna doncella se siente segura contigo, porque no estás seguro ni de ti, de lo que haces, ni lo que sientes.
No sirves para esto, Caballero de la Luna. Estás perdido en tu cruzada de cenizas y polvo. Desolado bajo el abrasador sol en este desierto de mentiras y actos sin final.
Una obra donde ni tú sabes que papel representas, donde no sabes quien será tu tórtola. Tu víctima.
Olvídalo, Caballero de la Luna, regresa a tu viejas andanzas, las de antaño, donde sólo con tu mirada podías descubrir nuevos universos, viajar por los ojos de cualquiera, y escarbar en el cielo de recuerdos, plantar una rosa y cosecharla para ella.
Caballero de la Luna, deshazte de tu máscara de lobo, y conviértete en el cachorro que fuiste aquella tarde en que el sol brilló sobre ustedes, y con una sonrisa la conquistaste.
Tu primera doncella, la de ojos misteriosos, la que te enseñó a amar.
Recuerdala, y usa eso en tu siguiente aventura.
Conócela, date el tiempo para enamorarla, y hazla feliz.
Sé un héroe, y asume tu condición.
Llena ese vacío de dudas y fantasmas.
Caballero de la Luna... el héroe de tu historia.
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